La Pampa hizo una nueva demostración, contundente, de que pretende ser escuchada por un gobierno nacional que se sigue endeudando y que ya confesó su objetivo de fundir a las provincias; mientras el Papa Francisco hace ácidas advertencias, el asado para festejar el ajuste sobre los jubilados reprimidos es punta de un iceberg de una alianza que tiene como meta la injusticia social.